Me vendieron a Orson Scott Card (Richland, Washington, 1951) como un nuevo Asimov con libros de rápida lectura y trama compleja que enganchan de principio a fin. Al final me animé con su obra más conocida: El juego de Ender (Premio Nebula en 1985 y Hugo en 1986). Pese a las adversidades de una detestable traducción, puedo decir que el juicio no queda desencaminado con la realidad.
A modo de sinopsis, Ender es un niño superdotado que una especie de gobierno mundial requiere para salvar a la humanidad. Es el tercer hijo en una sociedad donde existe un férreo control de la natalidad, y posee un hermano mayor demenciado. Ante esta situación Card genera toda una compleja trama donde cada capítulo es una pequeña historia –se estructura la novela con breves historias individuales interrelacionadas por la figura del protagonista- y en los cuales el autor nos dosifica lentamente la información hasta que al final cuajen todas las piezas. Asistimos a la progresión del protagonista que es instruido para convertirse en un líder militar, el adalid de la humanidad frente a la amenaza de una sociedad de insectos.
No es la primera vez que me hallo ante una obra de CF que desarrolla una sociedad conformada por insectos. La idea del desarrollo de la inteligencia por parte de insectos con una especie de mente colmena se puede remontar en la historia del género. Encontramos casos como los bichos de la obra Starship Troopers (brigadas del espacio), de Robert A. Heinlein, o incluso la raza alienígena de los Borg, en Star Trek. Lo que sí me ha alegrado y no negaré este éxito en O. S. Card es el paso que da en el desarrollo de la mente colmena. Los insectores no tienen lenguaje y se provoca un enorme error de comunicación en todo momento entre seres humanos e insectos que conlleva tres cruentas guerras. Nuevamente se presenta la incomunicación como síntoma de la ignorancia del ser humano sobre el inmenso universo.
Respecto a la organización del gobierno sobre la tierra, el autor presenta una escasa visión de futuro. Aunque esté escrito en a principios de los ochenta, es difícil imaginar que no previera el fin de la URSS y que, además, presente una hegemonía comunista en la vieja Europa. Esa parte me costó asimilarla, y más desde una óptica presente. Por otro lado, también éste es un detalle a enmarcar en la CF, y sin remontarse a muchos clásicos, aquí en España ya encontramos numerosos autores que plantean la disyuntiva capitalismo/comunismo como dos bloques antagónicos siempre en conflicto.
Fuera de aspectos referentes al contenido, hay que admitir que el autor es un experto en el trato psicológico de los personajes. Además, resulta anodino el ambiente que genera al tratar los juegos de guerra en los que Ender participa, de una descripción sublime, verosímil que casi lleva al lector a flotar el también en la ingravidez de la sala de batalla. Y por si fuera poco, es ésta una novela pionera en el tratamiento de la realidad virtual.
En definitiva, coincido con cientos de opiniones que preceden a la mía y otras tantas que vendrán que este prolífico autor estadounidense de pluma hábil, narración sencilla y llevadera y trama envolvente puede considerarse, pese a la cercanía del tiempo, como un clásico del género y su obra El juego de Ender como una lectura aconsejada, en especial para lectores iniciados en la CF.
[Fotos tomadas de:
http://www.alohacriticon.com/viajeliterario/article1183.html
y http://psychocorp.net/criticorum/book/el_juego_de_ender/162/]
2 comentarios:
http://lucia-lucia3sk8hotmailcom.blogspot.com/
hola mikel sin querer e firmado como letizia
Me ha gustado tu post. Te dejo la reseña que hice de la misma novela:
http://cazadordedracos.blogspot.com/2013/07/la-etica-de-maquiavelo-el-juego-de-ender_29.html
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