Mientras
estudiaba la mítica revista española Nueva Dimensión
(Barcelona: Dronte, 1968-1983), me sorprendió que no apareciera en
sus páginas crónica alguna de la convención española celebrada en
el año 1976, de cuya existencia tenía noticia incluso porque
aparece listada en la perspectiva histórica que aparece en la
entrada de wikipedia sobre las Hispacones. Tenía un misterio entre
manos: ¿por qué la revista, que siempre que se habían celebrado,
había cubierto estos actos, y en este caso, a pesar de haberla
anunciado previamente entre sus páginas, luego no apareció crónica
alguna mentando sus actos? La respuesta la obtuve en un artículo que
Agustín Jaureguizar publicó en BEM: “La
primera etapa de las Hispacones (1969-1980)”, n°
59, octubre-noviembre. Pp. 17-32 (agradezco a Juanma Santiago que me
proporcionara este artículo).
Al
parecer, en el número 65 de ND, donde aparecen los crónicas de la
Hispacon'75 y se publican los relatos premiados en dicha convención,
se indicó cómo a causa del artículo que firma el colaborador Jaime
Rosal se desató una discusión entre el organizador Carlos Saiz
Cidoncha, el que sería el primer presidente de la SECF, José A.
Villanueva Aranguren, y el propio Rosal. Dada la controversia
generada, para la siguiente Hispacon, relativa al año 1976, que se
iba a celebrar en Barcelona, y en cuyo comité organizador estaba el
propio Jaime Rosal, éste termina por presentar su dimisión y la
futura ubicación para la reunión de aficionados retorna a la
capital.
Por
tanto, se celebró finalmente una Hispacon'76 en Madrid, aunque lo
extraño reside en que, como he señalado, no hay crónica alguna en
las página de Nueva
Dimensión. Las únicas
menciones consistieron en anunciar su celebración, indicando las
fechas y el nombre del organizador, Miguel Ángel arenas (ND 80: 135;
ND 81: 36). Desde luego, esta circunstancia llama la atención, pues
para el triunvirato Santos-Vigil-Martínez siempre hubo una
preocupación por convertirse en la voz y el foro de discusión que
aunara los aficionados. Entre otras tareas, se encargaron de
personarse en la mayor cantidad de celebraciones y reuniones en torno
al género.
Para
entender este misterio hay que partir de que durante estos años la
iniciativa del fandom
trasladase su centro a Madrid, especialmente en torno al club CCC
-después constituido en la Sociedad Española de Ciencia Ficción,
SECF-, lo que genera una controversia entre Barcelona y la capital,
aunque ello no evitó que desde Nueva
Dimensión se
cubrieran los actos, como sucedió con la Hispacon'75 y también con
la de 1978 (en
el año 1977 no hubo ninguna convención), cuyas crónica y futura
discusión aparecen en los números 110 y 113, de marzo y junio de
1979 respectivamente.
Según
la citada crónica de Agustín Jaureguizar sobre las primeras
convenciones, tras la dimisión del comité organizador para la
Hispacon 76, en Madrid también surgía un cambio. Dado que el club
CCC propugnaba porque la tertulia de ciencia ficción que se
celebraba semanalmente en sus instalaciones cediese su autonomía
para integrarse en la asociación, sus tertulianos decidieron
desvincularse y formar la Sociedad Española de Ciencia Ficción,
cuyo primer presidente fue, como he indicado, José Antonio
Villanueva Aranguren, y cuyo domicilio se localizó inicialmente en
la calle Arniches, n°3,
3°, en Madrid.
La nueva sociedad adquirió la responsabilidad de organizar la
convención, que finalmente se ofició entre el 30 de octubre y el 1
de noviembre de 1976, y sobre la misma se editó un combozine
(fanzine editado con motivo de una convención de ciencia ficción)
de 36 páginas donde se contabilizó una asistencia de 42 personas y
en la que no se otorgaron galardones literarios.
Ahora
bien, acerca de la ausencia de una crónica sobre el acto en Nueva
Dimensión, aclara Jaureguizar que “no se le puede echar toda
la culpa a la revista; es cierto que ellos no mandaron a nadie,
aunque seguramente tampoco nosotros les enviamos ninguna crónica. Yo
podía haberlo hecho, ya que era colaborador de la publicación, pero
estuve fuera del circuito, primero en Estados Unidos y después en el
quirófano, por una intervención seria en un ojo” (Jaureguizar
1997: 26). En ese aspecto, se puede constatar que tras la polémica
suscitada por las crónicas, especialmente la de Jaime Rosal, en el
número 65 mencioando, la revista mostró cierto desinterés respecto
a la celebración de la Hispacon'76, desinterés que corroboraron sus
asistentes y organizadores que tampoco se molestaron en difundir las
conclusiones del acto en la por entonces principal revista
profesional de ciencia ficción publicada en España. Desde luego,
por un lado o por el otro, la casa quedó sin barrer.
Lo
que queda de dicha convención hoy en día son, por un lado, el
combozine que sobre ella se edito (afortunados quienes lo
mantengan incorrupto en sus colecciones), y, por otro, las palabras
de Jaureguizar en dicho artículo, especialmente al describir el
acto, tanto por el extraño lugar donde se celebró, un viejo colegio
semiabandonado que era sede del Ateneo Politécnico, como por el
conflicto que surgió con una serie de jóvenes (descritos como
okupas) que quisieron también hacer uso del local, y también
por la tónica general que marcó la climatología: el típico frío
del Madrid otoñal. Para una crónica más detallada del acto, les
remito al artículo en BEM.
[Fotos tomadas de: Tercera fundación y la entrada en wikipedia de Jaime Rosal del Castillo]
1 comentario:
Pues aquí tienes a uno de los que estuvieron en el evento. Nosotros éramos muy aficionados a la ciencia ficción y el grupo de amigos realizamos una proyección de diapositivas con música acorde a la ciencia ficción. Realizaron la presentación Enrique Rubio y Juan Manuel Martínez González. Aún conservo el librito donde se recogían los actos de la convección y los participantes. Un saludo. Si quieres saber más por mi nombre me encuentras en Internet.
Soy Arminio Sánchez (bitacora12@yahoo.es)
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