lunes, 3 de septiembre de 2007

HACIA UNA NUEVA CONCEPCIÓN DEL TIEMPO

El Tiempo, personaje desleído omnipresente en la historia de la literatura, puede ser mucho más de lo que imaginamos; puede ser protagonista; puede ser un Dios; puede ser destruido.

Leía yo el otro días a Jorge Luis Borges (1899-1986), y me sorprendió, como ya lo había hecho anteriormente. Me estoy refiriendo al relato “El jardín de senderos que se bifurcan”, incluido en el libro Ficciones (1944), un conjunto de relatos breves considerados hoy en día joyas de la literatura. Cito textualmente:

A diferencia de Newton y de Schopenhauer, su antepasado no creía en un tiempo uniforme, absoluto. Creía en infinitas series de tiempos, en una red creciente y vertiginosa de tiempos que se aproximan, se bifurcan, se cortan o que secularmente se originan, abarca todas las posibilidades. No existimos en la mayoría de esos tiempos; en algunos existe usted y no yo; en otros yo, no usted; en otros, los dos.

Quien piense que buscar modelos para la CF fuera del mundillo, en la denominada 'alta literatura', es un error, aquí le muestro un ejemplo para eliminar esa idea. Quien, por otra parte, considere la CF un género menor o desprestigiado, también aquí le enseño un ejemplo de como la CF puede ofrecer obras cuidadas y completas gracias a autores que aspiran a hacer literatura. Y si aún así no me cree, que observe la repercusión de autores como el polaco Stanislaw Lem (1921-2006) en el mundo de la literatura en general.

Sin irme más por las ramas a cuestiones que podré tratar en otro momento, lo que deseo mostrar aquí es una concepción del tiempo superior a la idea de linealidad que nos permite la existencia de nuestra naturaleza humana, la cual se limita a (en el caso de alcanzar una longevidad media) cerca de un siglo.

El Tiempo es un ente mayor y mucho más complejo. Borges nos presenta una bonita imagen para demostrarlo. Un jardín que es metáfora del tiempo, repleto de caminos casi laberínticos que sin aparente orden ni concierto se aproximan, se bifurcan, se cortan o que secularmente se originan. El Tiempo, como tal, no tiene ni principio ni final, los sucesos que registra se repiten o se suceden de infinitas maneras diferentes, o no llegan a producirse. Todo es posible y todo lo comprende.

Visto así ya podemos comprender en él muchas de las historias que se tratan en la CF: universos paralelos, ucronías, criaturas espaciales atemporales... O también jugar con otros conceptos literarios como la realidad, irrealidad y la fantasía. Lo que sucede o no realmente. Las posibilidades son amplias y los tratamientos diversos. Aquí sólo pretendo mostrar un marco teórico que sirve de base para edificar una historia de CF.


Pero todo esto que he tratado hace referencia al Tiempo en el tema de una obra de CF. Sin embargo, ¿qué sucede si añadimos el tratamiento formal que puede recibir? Más allá del concepto de la historia in media res o a fine, nuestros padres vanguardistas de principios y mediados del siglo XX con sus experimentaciones literarias nos abrieron y mostraron caminos para tratamientos literarios distintos, novedosos.

La consecuencia es un Tiempo que puede ser tanto destruido (en su concepción tradicional), como reedificado, como recuperado en su protagonismo, e, incluso, deificado. Algo que en gran parte no permite la literatura realista, encasillada y encorsetada en una limites de los cuales la CF puede, por lo menos en este aspecto, escapar.

Expuesto de esta manera, suena demasiado abstracto, pero no es difícil concretar todo esto en una historia que sea no sólo legible, también amena y entretenida. Aquí ofrezco un esqueleto, ahora hay que añadirle los músculos y darle vida. No es tan difícil, yo lo he conseguido en un relato breve que titulé “Renacer” y que a día de hoy rezo para que aparezca publicado en algún sitio.

Yo pude realizarlo, ¿por qué no tú? Te he ofrecido un punto de partida. Ahora te deseo suerte si te animas a realizar un proyecto literario o audiovisual a partir de esta característica que he pretendido (y no se si conseguido) esbozar en este artículo. También te deseo suerte para que tu obra, en caso de que la realices, tenga éxito. Todo sea por el maravilloso mundo de la CF.

M. Peregrina




Nota: Fotos tomadas de:

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