jueves, 26 de mayo de 2011

Erase una vez... un mundo andrógino

Reseña de La Mano izquierda de la oscuridad


Le Guin, Ursula K. (1969), La mano izquierda de la oscuridad (The Left Hand of Darkness), en Ursula K Le Guin, Los Mundos de Ursula K. Le Guin: Los desposeídos, El nombre del mundo es bosque, La Mano izquierda de la oscuridad. Traducción de Francisco Abelenda para La mano izquierda de la oscuridad. Minotauro, Barcelona, 2008. Pp. 575-872.


Desde luego, me resulta difícil hablar de una obra y de una autora tan elogiada. Ursula Le Guin es una pluma en el género aclamada por unanimidad entre los aficionados, y La mano izquierda de la oscuridad, una de sus mejores creaciones, galardonada con el premio Nebula (1969) y Hugo (1970), y parte del llamado Ciclo Hainish o Ekumen.


Su argumento es conocido, y la extrapolación de índole antropológica que presenta igual: un diplomático humano, representante de una federación de mundos, el Ekumen, llega al planeta Gueden (también llamado Invierno) para firmar un acuerdo de comercio con sus habitantes nativos, antropodoides andróginos.


“Lo había intentado varias veces, pero mis esfuerzos concluían en un modo de mirar demasiado deliberado: un guedeniano me parecía entonces primero un hombre, y luego una mujer, y les asignaba así categorías del todo irrelevantes para ellos, y para mí fundamentales” (589).


La naturaleza ambisexual es al que ofrece mayor riqueza a la novela. Los ojos del protagonista, como extranjero, outsider, valen de puente entre nuestra realidad y el planeta fantástico ingeniado por Le Guin. A través de los ojos de Genly (Genry) Ai, podemos analizar nuestros prejuicios y las limitaciones de nuestro conocimiento como humanos ante lo incomprensible, lo ininteligible: los guedenianos y su forma de ser pausada, reflexiva, forjada en el frío de Gueden.


Sorprende también en la historia la forma que adquiere de diario personal, y la alternancia de voces, pues a parte de Ai, otro narrador importante será Estraven, detalle que se especifica en la introducción de la novela. Por lo tanto, muchos pasajes serán relatados por ambos desde el punto de vista de cada uno, lo que enriquece con una visión multiperspectivística la trama de la novela. En este cambio de narrador, encontramos la explicación del ciclo sexual de los guedenianos en el capítulo séptimo, titulado de por sí La cuestión del sexo, donde se cede el terreno a una nueva voz, la de la antropóloga Ong Tot Oppong, quien expone el asunto en forma de tratado.


Todo ello lo sazona la autora con un enriquecimiento del planeta Gueden: dos grandes naciones enfrentadas en una tensión constante e irresoluta, con una monarquía sustentada en un valido, Karhide, frente a un mundo altamente burocratizado, Orgoreyn; un clima inhóspito, duro, lleno de regiones heladas; un trama política extrañamente compleja desde nuestra óptica, pero coherente en sí misma, etc.


Pero más destacadas resultan las pequeñas historias, entre leyendas y mitos de Gueden, incrustadas en la trama, como En el corazón de al tormenta (capítulo segundo), o Estraven el traidor (capítulo 9). Para mi gusto, el más interesante de los mismos es el que constituye el capítulo 12, Del tiempo y de la oscuridad:


“Meshe es el centro del tiempo. El momento en que lo vio todo claramente llegó a él cuando había vivido treinta años en la tierra, y luego de ese momento vivió otros treinta años en la tierra, de modo que la visión ocurrió en el centro de su vida. Y todas las edades anteriores a la visión fueron tantas como serán después de la visión, que ocurrió en el centro del tiempo. Y en el centro no hay tiempo pasado ni tiempo por venir. No ha sido ni está por venir. Es todo. Nada queda oculto” (734).


La autora parte de la presentación de una especie andrógina que ignore desigualdades de sexo, y con ello plantea un mundo donde las tensiones entre naciones no se resuelven mediante el conflicto bélico, al quedar eliminada la antinomia de los dos sexos. He aquí la reflexión sobre la naturaleza humana, el elemento especulativo de la autora, los resultados de su hipótesis puesta a prueba. Todo un trabajo prospectivo. Por todos los elementos aquí esgrimidos, y muchos otros que se podrían mencionar, La mano izquierda de la oscuridad es uno de los clásicos del género, recomendable a cualquier lector.


[Foto tomada de: http://www.papelenblanco.com/fantastico-ci-fi/la-mano-izquierda-de-la-oscuridad-de-ursula-k-le-guin]