viernes, 27 de junio de 2014

EL NUEVO AMIGO DE TOM CRUISE: LA CF



¿Podría haber encontrado Tom Cruise un nuevo aliado en el cine de género para su carrera como actor en Hollywood? Desde luego, este histrión de cine ya lleva un tiempo alejado de las pretensiones laudatorias abaladas por premios para refugiarse en un cine comercial que le facilita sus mediocres dotes para la actuación. Si la gente pide «tomcruisadas», él les da «tom­cruisadas», pero lo curioso es que dos de estas últimas sean producciones de ciencia ficción. Ello me lleva a pensar que quizás Tom Cruise se esté convirtiendo en la nueva cara en los filmes fictocientíficos, como ya ha sucedido con otras estrellas como Will Smith, de quien ya se habló en este blog a raíz de la película After Earth.

Ya había mencionado en un artículo anterior el avance de este nueva película de Tom Cruise, y hace ya algunas semanas, a las puertas del verano, llegó definitivamente a nuestros cines Al filo del mañana (Edge of Tomorrow, 2014), de Dough Liman. Este director, curiosamente reconocido por su cine comercial tipo thriller de acción, especialmente con El caso Bourne (The Bourne Identitity, 2002) o con Sr. y Sra. Smith (Mr. & Mrs. Smith, 2005), salta en este punto a la ciencia ficción. Ahora bien, no parece una incursión que rompa en gran parte con la trayectoria anterior, pues si El caso Bourne era adaptación se una novela de Robert Lundum, El filo del mañana también es adaptación. Efectivamente, la historia se basa en la novela japonesa All You Need is Kill, de Hirosi Sakurazaka, obra de corte militarista inserta en una ambientación de CF. Simplemente en el filme se ha adaptado al mundo accidental en los nombres, vestimenta y aspecto exterior, como un lavado de cara, pero el núcleo es idéntico, fácilmente reconocible.

La crítica rápidamente ha detectado la fusión de elementos que componen la estructura de Al filo del mañana. En primer lugar resulta patente el parentesco con Atrapado en el tiempo (Groundhog Day, 1993), película de culto con Bill Murray sobre un bucle temporal donde el protagonista revive constantemente el “día de la marmota” (que es su título original y una festividad real). Sin embargo, en la película con Tom Cruise contamos con una explicación, sea creíble o no. En el filme que aquí nos ocupa el bucle temporal no es un hecho fantástico cuyo sentido queda sin aclarar, sino que se le confiere cierta plausibilidad científica dentro de los parámetros con los que habitualmente juega la ciencia ficción.

Por otro lado, el carácter militarista, ya presente en la novela nipona original, como he destacado, sirve para recrear otro mito moderno americano, el desembarco de Normandía, vendido al mundo como epopeya del ejército estadounidense y maniobra determinante hacia la victoria del bando aliado en la II G. M. Por ese motivo, aparecen los símiles con otra película que también impactó mucho en su momento, Salvar al soldado Ryan (Saving Private Ryan, 1998), del director de los huevos de oro Steven Spielberg. Y no quedan hay los parentescos, pues más se han destacado, entre los que alguno llega incluso a Matrix (1999) de los hermanos Wachowsky, a través de parecido de los Mímicos (los alienígenas de Al filo del mañana) y los Centinelas. Toda esta mezcolanza funciona en el filme con Tom Cruise bajo el prima de la plausibilidad de la ciencia ficción: una invasión extraterrestre.

En Al filo del mañana el teniente coronel William Cage, oficial de propaganda sin experiencia en combate, se ve obligado a acudir al frente para ser testigo del intento de los humanos de recuperar Europa frente a la invasión de unos alienígenas, los Mímicos, llegados a nuestro planeta en un meteorito. Estos seres, capaces de anticiparse a las acciones humanas, amenazan con la extinción de toda nuestra raza, de ahí que la guerra se presente como un combate crucial por la supervivencia de la especie. Ante la negativa de Cage al combate, se le degrada y se le obliga a participar como soldado raso.

Poco resistirá Cage en tan dura invasión, pero antes de morir asesinará a uno de los extraterrestres, impregnándose de su sangre. A partir de ese punto el personaje se verá encerrado en un bucle donde cada muerte le lleva al mismo punto de retorno: las horas previas a la batalla. Su única aliada será Rita Vratavsky (Emily Blunt), llamada el ángel de Verdún, una soldado que también experimentó en una batalla anterior el mismo síntoma de Cage, por lo que será la única que comprenda su situación. Con la ayuda de Rita, Cage irá perfeccionando su técnica de combate y aumentando sus posibili­dades de supervivencia en la invasión, para lograr alcanzar su objetivo: el cerebro de los Mímicos.

De nuevo hablamos de un cine de CF que deja el género en el tintero, como mera ambientación. La ciencia ficción presenta la historia y el mundo ficcional, es decir, lo sostiene como pilar principal. Sin embargo, pronto deriva la película hacia la acción. La tensión es permanente, y atrapa al espectador casi desde el comienzo. El espectáculo funciona, no hay duda, pero desaparece la faceta reflexiva que puede ofrecer la ciencia ficción. Todo deriva hacia la repetición y la búsqueda de nuevas posibilidades que posibiliten al hombre su victoria en esa encarnizada lucha.

Quizás lo más lamentable, a mi juicio, en Al filo del mañana sea la presencia de un final feliz forzado, donde se persigue el contento del público, satisfacer al público. La película podía haber culminado como una tragedia donde el héroe se sacrifica por la humanidad en pro de un mundo mejor, como sucedía con el personaje de Matt Damon en Elysium (2013), de Neill Blomkamp, pero no, es necesario un epílogo que cierre la historia de forma positiva. Por ese motivo Al filo del mañana quedará encuadrada como otra película de ciencia ficción, llena acción y adrenalina, de construcción comercial, que ofrece un espectáculo tenso que funciona, pero ahí quedará reducida su virtud. Habrá que seguir esperando para ver otro tipo de cine de CF.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El artículo no está mal. Buen análisis. Tom Cruise puede ser en su madurez un nuevo Charlton Heston en su apego por el género.
Pero hay una cosa que deberías de tener en cuenta: la ortografía. Hay unas cuantas faltas de esas que hacen daño a la vista y que le dan al post un aire HOYGAN que no se merece

M. Peregrina dijo...

Te agradezco la anotación, he revisado nuevamente el texto y he arreglado los fallos que he logrado localizar. De esta forma está más presentable. Conviene recordar que cuando uno revisa su texto, es complicado encontrar los errores. No obstante, los errores no se justifican, ni siquiera en un blog, y menos uno como éste al que pretendo dar un aire de seriedad.