martes, 10 de agosto de 2010

Mundos en el abismo



Aguilera, Juan Miguel y Javier Redal

El intento de realizar una obra hard en español incide en una apabullante plausibilidad a través de conocimientos científicos y técnicos, pero pierde legibilidad y rezuma una escasa calidad literaria. Si los fragmentos con carga técnica ralentizan la acción y entorpecen el ritmo de lectura, el resto de la obra se convierte en un cúmulo de aventuras propio de una space-opera.


El argumento, para quien no lo conozca, y sin ánimo de desvelarle el final, relata como la Utsarpini, un reciente imperio estelar, envía una nave a investigar la destrucción de otra nave de fusión, modelo rickshaw, que pertenece a otro imperio con el que compite por la hegemonía de la zona. En el velero de la Utsarpini embarca forzosamente el protagonista, Jonás, biólogo de profesión. El misterio de la nave destruida ira conllevando una serie de descubrimientos científicos, junto a complicados complots políticos, en oleada creciente, que sumergen al lector en una trama envolvente, aunque a mi juicio de resolución previsible.


La obra es, en definitiva, un compendio de aventuras dentro de un mundo ficcional que es el universo de Akasa-Puspa, donde la información se nos va ofreciendo dosificada, unida al proceso investigativo de los protagonistas, y que termina por ofrecer una explicación de la historia y del provenir de Akasa-Puspa, es decir, del cúmulo estelar que rota lentamente por la galaxia y que atrapó a nuestro Sistema Solar.


Sin embargo, al final aparece un epílogo obliga a reestructurar toda la obra. Una conversación telepática entre dos colmeneros, seres adaptados a la vida en el cosmos, que mencionan su labor de vigilancia de los hechos que acaecen en la galaxia a lo largo de su extensa vida cósmica. Considerados por los humanos a lo largo de la novela como criaturas de inteligencia limitada con las cuales casi no han conseguido interaccionar, la mencionada conversación que cierra la obra ofrece una interpretación final a los hechos en ella narrados. Si los colmeneros son vigilantes galácticos, no son tan primitivos como se había considerado, sino que se aventura que puedan ser evoluciones ulteriores del hombre adaptadas al vacío espacial. Por si fuera poco, su diálogo y la apuesta que ambos realizan por un “turno de vigilancia” abren la puerta a nuevas aventuras en el cúmulo estelar denominado Akasa-Puspa.

Ajeno a la estructura de aventuras al modelo space-opera, lo que destaca y supone un glorificación de Mundos en el abismo es la vertiente hard de la misma. Los conocimiento técnicos que esgrimen sus autores a lo largo de la novela merecen más de una alabanza, detalle que se corrobora con el protagonismo indiscutido de los científicos que pueblan la obra, en especial Jonás, el personaje principal, y que se contrapone a la otra mitad de los personajes, los militares, que personifican la vertiente de la novela, la de aventuras.

En referencia a esos conocimientos técnicos de Mundos en el abismo, he de mencionar que lo que a un lego le suena coherente, compuesto por una labor documentativa exhaustiva y cuidada, a un docto le parece verosímil. En concreto en una conversación que mantuve con el profesor de Física Teórica de la UCM Guillermo garcía Alcaine, gran aficionado al género, éste señaló que la presente obra constituía una de las mejores y más solidad obras de CF españolas. Y esa es una buena consideración dado que los gustos específicos de este aficionado son en su mayoría hard, o con relación con la física.


Aguilera y Redal destacan por su sólida formación científica y la obra la han querido modelar a través de la verosimilitud científica que culmina en Akasa-Puspa. Este hecho ha llevado a los autores a centrarse más en el mundo ficcional y en otorgar a ese universo de múltiples tramas, pero ha dejado en segundo plano a los personajes, que pululan por la obra en número excesivo y como meros estereotipos.


Por lo tanto, mis críticas negativas han de centrarse en la narración de la novela, de escasa calidad literaria a mi parecer. Eso es lo que le pido a un libro como filólogo que soy, y aquí

no lo he encontrado, más bien todo lo contrario. Eso sí, en defensa de sus dos autores y de su colaboración -elemento difícil de conseguir- hay que recordar que es una novela de juventud. No obstante, la escritura colaborativa de Aguilera y Redal presenta disonancias, en muchas ocasiones hay una diferencia estilística que hace suponer una pluma diferente. Es probable que intentaran aunar después los fragmentos que diseñaría cada uno de ellos, pero sólo consiguen una aparente sensación de homogeneidad.


Escasez de recursos literarios, en un lenguaje llano y denotativo, con gran carga de diálogos, con gran cantidad de personajes, prácticamente todos planos, y un narrador conservador, heterodiegético y extradiegético (en tercera persona, ajeno a la historia y omnipresente), una estructura lineal, narrada cronológicamente igual a la historia. Eso sí, fragmentaria, pequeño rasgo que la vincula a la modernidad. Estos rasgos definen el estilo de Mundos en el abismo y corroboran lo que vengo afirmando.


También me disgustó que en múltiples ocasiones las declaraciones de los personajes se volvían incluso incoherentes con el carácter que los autores pretenden destacar de los mismos. Junto a este aspecto, pueblan la narración muchas descripciones se vuelven extensas en exceso, compuestas por comparaciones y plagadas de oraciones copulativas que recrean un ritmo monótono y una estructura repetitiva. También se ha criticado el comienzo de la novela, lento y plagado de términos obtusos que dificultan la entrada del lector en el universo ficcional que configura la obra. Perfectamente se podría argüir que se trata de una prueba de fuego para el lector, Un escollo quizá poco aconsejable en un público tan reducido como es el de los aficionados de CF españoles que se animen con una obra autóctona. Desde luego, quien en verdad desee penetrar en esta obra y continuará su lectura para descubrir la compleja trama de Mundos en el abismo. Por mi parte, tanto término anómalo relacionado con el sánscrito vislumbra el rico universo de Akasa-Puspa.


En conclusión, Mundos en el abismo se trata de una novela de lectura sencilla -excepto en ciertos puntos de carga técnica considerable, como durante el estudio de los cintamanis-, dado su lenguaje llano, el predominio de los diálogos, y su trama in crescendo que no tarda en atrapar al lector. Sus desventajas, ya las señalé arriba: un pobre reto a la lectura y una gran dosis de aventuras. Aún así, un de las obras más destacadas de la producción fantacientífica española de lectura imprescindible.


[Fotos tomadas de:

http://untinterodesapphire.blogspot.com/2009_12_01_archive.html

http://www.cyberdark.net/portada.php?edi=6&cod=389]


2 comentarios:

Rfog dijo...

Joder, Mikel, desvelas las partes más importantes de la trama y la propia razón de ser de la novela.

Además, si tu acusas a los autores de simplistas, yo te acuso a ti de pedante en esta entrada.

Fernando Ángel dijo...

Sin estar de acuerdo con todo lo que afirma Mikel, considero que da suficientes argumentos respecto a sus opiniones sobre el simplismo de la obra.
En cuanto a la pedantería, se limita a aplicar sus conocimientos, como en cuaquier otra profesión, y a profundizar. Por otra parte, el uso aquí del calificativo "pedante" es completamente arbitrario , un término que suele emplearlo aquel que considera que el nivel de cultura y el tipo de argumentos que han de tenerse son los suyos, que por debajo se es ignorante y, por encima, pedante.
Mikel no está empleando sus conocimientos para quedar por encima de nadie ni para dar una imagen.
Tampoco ha insultado a nadie. Perdona, Mikel, que intervenga, pero este tipo de comentarios son muy perjudiciales para la literatura.
Buena crítica, Mikel, aunque seguro que podríamos discutirla.